Un día como cualquier otro, al menos eso pensé, jamás imagine lo que pasaría. Al llegar a mi trabajo, todo iba según lo cotidiano y entonces empezó, a caer una ligera llovizna, al pasar las horas me percaté de que esta llovizna, ahora era una tormenta.
Al dar la 1 am en el restaurante canucks del León , la gente bailaba alegremente, y se escuchaba el correr del agua, entre las rocas, que se asomaban del cerro de la nevería y entre la intensa lluvia se empezaron a caer unas pequeñas rocas.
Pasaron unas horas, las 3 am en punto, y callo la primera roca de gran tamaño, que había caído sobre los paraguas del balcón, la gente se asustó y corrió hacia la puerta. Al seguir cayendo rocas sobre el restaurant, varias cosas fueron destruidas. Al terminar ya todo la gente pago sus cuentas y salieron algo asustadas.